Miles de turistas del país y el mundo llegaron a Paraná el fin de semana para la XIX Fiesta de Disfraces más grande de América latina, muchos vestidos desde temprano para la puesta en escena de la noche de ayer.
En la mañana del domingo ya había pikachus y princesas desayunando en la peatonal, zombies comprando en kioscos, personajes de videojuegos y películas divirtiéndose en la Costanera de la capital entrerriana y jóvenes y no tan jóvenes disfrazados por toda la ciudad, donde el municipio y numerosos comercios se sumaron al festejo, publicó Télam.
La fiesta se originó en 1999, cuando un grupo de amigos quiso festejar varios cumpleaños juntos y salieron con sus disfraces, lo que tuvo buena acogida de la población, hasta que en años posteriores se instituyó como una gran celebración para la ciudad.
Durante la siesta y primeras horas de la tarde el Parque Urquiza de Paraná pasó a ser epicentro de música, alegría y miles de personajes que se asomaban desde las barrancas, los autos que circulaban y los balcones de los edificios.
También se vieron familias que salieron de paseo con sus hijos disfrazados y los adultos vestidos como niños, mientras marineras arribadas de Rosario bailaban junto a un grupo de vaqueros de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.
Se trata de una fiesta única por sus características, dimensión y trascendencia, con miles de turistas del interior de Entre Ríos, de provincias vecinas y de países como Colombia, Brasil, Gran Bretaña y Estados Unidos.
En el escenario principal actuaron Poncho, The Reverend Sons Of y Catarina Spinetta, la hija de Luis Alberto Spinetta; en el escenario 'Elysium' de electrónica los DJs internacionales Dubfire y Marc Houle, y en las carpas Mano Arriba, Sin Ensayo, La Don Johnson, Pasándola Bomba, Pibes Chorros y Yerba Brava, entre otros.